jueves, 8 de enero de 2015

Velas Devocionales Divina Providencia


Tradición que invita a los cristianos a llevar doce velas o veladoras a la Iglesia para que sean bendecidas por el sacerdote. Es una devoción con la que a lo largo de todo el año se expresa la confianza en la Divina Providencia, cuando cada día primero de mes, en actitud de oración, se enciende una de las velas. La flama que en nuestros hogares, ante una imagen sagrada, va consumiendo la cera, representa la oración confiada en Dios Providente.



 ORACIÓN PARA LLEVAR A BENDECIR LAS DOCE VELAS.

Señor, al iniciar un nuevo año,
regalo de tu generosidad,
quiero expresar mi confianza
en tu paternal Providencia.
Te pido que al encender 
cada una de estas velas,
los días primeros de cada mes,
no solo renueve mi confianza en ti,
sino que también refuerce el compromiso 
de vivir como Jesús nos enseña. 



Antes de encender una vela, es conveniente tener un momento de reflexión sobre lo que significa la confianza en la Providencia Divina. Puede leerse en familia o individualmente este pasaje Bíblico.

Evangelio según San Mateo. 6, 25-34.

   En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: "No se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?

  ¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en todo el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombre de poca fe? 

  No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no  conocen a Dios se desviven por todas esas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas".
Palabra de Dios  

jueves, 20 de febrero de 2014

Hacer feliz a la mujer

Artículo tomado de la columna Familia 21 del Periódico El Norte

Autor: Jesús Amaya

(16 Febrero 2014).-
En la columna de la semana pasada comentamos que no era lo mismo amar que saber amar.
En su libro Hidden Key of a Loving Lasting Marriage (Las Llaves Secretas para un Matrimonio Exitoso), Gary Smalley identifica las dos causas principales de por qué el matrimonio o una relación amorosa fracasa:
El hombre y la mujer tienen expectativas equivocadas de su pareja. El autor comenta que la mayoría de los hombres no sabe cómo amar a su mujer y hacerla feliz.
Lo peor es que el hombre no está interesado en aprender o al menos cambiar un poco. La mujer está más interesada en hacer crecer su relación. Desconocen las necesidades físicas, emocionales y sexuales de su pareja.
En otras palabras, no saben cómo amar.
En esta columna expondré algunos puntos de cómo amar a una mujer:
La mujer se ama a través del oído. Ella nunca se cansará de escuchar "te quiero" o "eres la mujer más hermosa de todo el mundo". Es común escucharlas decir "¡Viejo, tú ya no me quieres!". El hombre responde "Pero ¿por qué?".
La mujer contesta: "Porque hace 15 minutos no me dices que me adoras".
La palabra es uno de los instrumentos más vitales para hacer feliz a una mujer: susurrar en su oído, recitarles un verso romántico, tararear su melodía favorita o, simplemente, un buen piropo.
La mujer se ama a través del tacto. Ella es 10 veces más sensible al tacto que él: "Viejo, tú ya no me quieres. Ya no me tomas la manita y ya no me abrazas como antes".
Estudios indican que cuando un hombre abraza a una mujer por más de 30 segundos, ella produce oxitocina (hormona del apego emocional). Un buen regalo es darle un masaje empezando por los pies.
También se ama a la mujer al escucharla. Ella tiene una gran necesidad de comunicar sus emociones a través de la conversación. Escucharla la hace sentir que es especial.
Caballeros, los invito a sólo escuchar y no dar soluciones, solamente cuando te lo exija.
Además, la mujer se ama emocionalmente a través de puntos. Cien puntos al año es suficiente, pero, en las emociones, algunas mujeres no suman de forma literal.
Explico: Aniversario de bodas o Día de San Valentín, dos docenas de rosas de regalo. ¿Cuántos puntos valen para ellas? Solamente un punto. Y a veces restan.
¿Qué hay que hacer entonces? Separo las dos docenas de rosas y le regalo una rosa cada semana. Cada rosa vale un punto. El amor de una mujer se construye de detalles:
Una palabra bonita, una nota haciéndola sentir especial, una cena, un abrazo, un beso robado o un "Whatsapp" diciéndole que es una extraordinaria madre, esposa y mujer.
Un hombre que hace sentir a su mujer amada, especial y única la hace una mujer feliz. Les recuerdo que si la mujer es feliz, la familia es feliz.
El autor es Doctor en Educación con 23 libros sobre familia y pareja.
familia21@elnorte.com

CINCO CONSEJOS DEL PAPA FRANCISCO PARA UN MATRIMONIO FELIZ


 1-ES POSIBLE AMAR PARA SIEMPRE: «Hoy en día muchas personas tienen miedo de tomar decisiones definitivas, para toda la vida, porque parece imposible... Y esta mentalidad lleva a muchos que se preparan para el matrimonio a decir: ‘Estamos juntos hasta que nos dure el amor’. Pero, ¿qué entendemos por ‘amor’ ? ¿Sólo un sentimiento, una condición psicofísica? Ciertamente, si es así, no se puede construir encima nada sólido.

En cambio, si el amor es una relación, entonces es una realidad que crece y también podemos decir, a modo de ejemplo, que se construye como una casa. Y la casa se edifica en compañía, ¡no solos!.. No querréis construirla sobre la arena de los sentimientos que van y vienen, sino sobre la roca del amor verdadero, el amor que viene de Dios... La familia nace de este proyecto de amor que quiere crecer como se construye una casa: que sea lugar de afecto, de ayuda, de esperanza.

Así como el amor de Dios es estable y para siempre, queremos que el amor en que se asienta la familia también lo sea. No debemos dejarnos vencer por la "cultura de lo provisional". El miedo al “para siempre” se cura día tras día, confiando en el Señor Jesús, en una vida que se convierte en un viaje espiritual diario, hecho de pasos, de crecimiento común».

2-“DANOS HOY NUESTRO AMOR DE TODOS LOS DÍAS, SEÑOR”: «El “para siempre” no es solo cuestión de duración. Un matrimonio no se realiza tan sólo si dura, es importante su calidad. Estar juntos y saberse amar para siempre es el desafío de los esposos cristianos... En el Padrenuestro decimos "Danos hoy nuestro pan de cada día”. Los esposos pueden rezar así: “Señor, danos hoy nuestro amor de todos los días... Enséñanos a querernos”».

3-LAS REGLAS DE LA CONVIVENCIA: PERMISO, GRACIAS, PERDONA: «La convivencia es un arte, un camino paciente, hermoso y fascinante... que tiene unas reglas que se pueden resumir en tres palabras: ¿Puedo? Gracias, Perdona.

¿Puedo? Es la petición amable de entrar en la vida del otro con respeto y atención. El verdadero amor no se impone con dureza y agresividad. San Francisco decía: “La cortesía es la hermana de la caridad, que apaga el odio y mantiene el amor". Y hoy, en nuestras familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hace falta mucha cortesía.

"Gracias." La gratitud es un sentimiento importante. ¿Sabemos dar las gracias? En la vida matrimonial es importante mantener viva la conciencia de que la otra persona es un don de Dios. Y a los dones de Dios se dice “gracias”. No es una palabra amable para usar con los extraños, para ser educados. Hay que saber decirse “gracias” para caminar juntos.

“Perdona”. En la vida cometemos muchos errores, nos equivocamos tantas veces. Todos. De ahí la necesidad de utilizar esta palabra tan sencilla, "perdona”. En general, cada uno de nosotros está dispuesto a acusar al otro para justificarse. Es un instinto que está en el origen de tantos desastres. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir disculpas. También así crece una familia cristiana».

4-QUE NUNCA TERMINE EL DÍA SIN HACER LAS PACES: «Todos sabemos que no existe la familia perfecta, ni el marido o la mujer perfectos. Existimos nosotros, los pecadores. Jesús, que nos conoce bien, nos enseña un secreto: que un día no termine nunca sin pedir perdón, sin que la paz vuelva a casa. Si aprendemos a pedir perdón y perdonar a los demás, el matrimonio durará, saldrá adelante».

5- EL MATRIMONIO, FIESTA CRISTINA Y NO MUNDANA: «La celebración del matrimonio debe ser una fiesta, pero una fiesta cristiana y no mundana. Lo que hará pleno y profundamente verdadero vuestro matrimonio será la presencia del Señor que se revela y os otorga su gracia. Es bueno que la boda sea sobria y destaque lo que es realmente importante.

Algunos están muy preocupados por los signos externos: el banquete, los trajes... Estas cosas son importantes en una fiesta, pero sólo si indican el verdadero motivo de vuestra alegría: la bendición de Dios sobre vuestro amor. Haced que los signos externos de vuestra ceremonia revelen la presencia del Señor y os recuerden a vosotros y a todos los presentes el origen y la razón de vuestra alegría».

(Del encuentro del Papa Francisco con los novios el pasado día 14).
Queridos amigos, ¡compartan este post con los novios, los recién casados o los matrimonios en dificultad que conozcan! Muchas gracias a todos.

 

miércoles, 19 de febrero de 2014

En la fiesta de San Valentín el Papa Francisco explica a quince mil parejas de novios en la plaza de San Pedro cómo hacer durar un matrimonio.

 2014-02-14 L’Osservatore Romano
Si el amor es «sólo un sentimiento, un estado psicofísico», «no se puede construir sobre ello algo sólido». Pero si «es una relación, entonces es una realidad que crece, y podemos también decir, a modo de ejemplo, que se construye como una casa. Y la casa se construye juntos, no solos». Así, el Papa Francisco se dirigió a casi quince mil parejas de novios que, procedentes de más de treinta países, se reunieron en la plaza de San Pedro el viernes 14 de febrero, por la mañana, día de San Valentín. Y esta casa para vivir juntos para siempre, añadió el Pontífice, no se apoya «en la arena de los sentimientos que van y vienen, sino en la roca del amor auténtico, el amor que viene de Dios».

El encuentro del Papa con las jóvenes parejas de novios, fue un auténtico diálogo hecho de preguntas y respuestas, durante el cual el Pontífice trató de trazar el contorno de un modo de vivir juntos, como familia, que, si se quiere feliz y para siempre, se funda en tres palabras: «permiso, gracias y perdón».
«Vivir juntos —explicó el Papa a los jóvenes— es un arte, un camino paciente, hermoso y fascinante. No acaba cuando os habéis conquistado uno a otro. Es más, precisamente es entonces cuando inicia».
«Muchos de los que se preparan al matrimonio —alertó— dicen “estamos juntos hasta que dura el amor”. Y también un seminarista dijo a su obispo “quiero ser sacerdote por diez años”». Ejemplos usados por el Papa para hacer comprender a los jóvenes que «hoy muchas personas tienen miedo de hacer opciones definitivas, para toda la vida». En efecto, vivimos en tiempos que, indicó, «todo cambia rápidamente, nada dura largamente». Pero, continuó, «no debemos dejarnos vencer por la cultura de lo provisorio». Es necesario, por lo tanto, emprender un camino que «tiene normas que se pueden volver a resumir» precisamente en tres palabras, permiso, gracias y perdón. Y explicó el sentido de las mismas. Luego el Papa aconsejó a los novios acerca de cómo rezar juntos. Y recordó la oración que Jesús nos enseñó, el Padrenuestro, en el cual «en lugar del acostumbrado “Danos hoy nuestro pan de cada día”, los novios pueden, es más, deben rezar: “Señor, danos hoy nuestro amor de cada día”».
«El amor auténtico no se impone con dureza y agresividad». Es, en cambio, «la cortesía la que conserva el amor». Lamentablemente, continuó el Pontífice, «hoy en nuestras familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hay necesidad de mucha más cortesía. Y esto puede comenzar en casa». He aquí, dijo, el secreto del amor auténtico. Y concluyó exhortando a los novios a crecer juntos para dejar a los hijos la herencia «de haber tenido un papá y una mamá que crecieron juntos, haciéndose —el uno para el otro— más hombre y más mujer».

lunes, 18 de febrero de 2013

ARCÁNGELES

Arcángeles
Los Arcángeles constituyen una de las Jerarquías de los Nueve Coros de los Ángeles.

Dios ha encomendado a los arcángeles las misiones más importantes en relación a los hombres. Son guardianes de personas a quien Dios ha confiado grandes misiones.

Según las Sagradas Escrituras hay siete arcángeles:

“Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que tienen entrada a la gloria del Señor”,  Tb 12:15.
 “Reciban gracia y paz de Aquel que es, que era y que vendrá, de parte de los siete espíritus que están delante de Su trono”. Ap 1:4.

Las Sagradas Escrituras mencionan el nombre de solo tres:
Miguel (Ap12:7-9), Gabriel (Lc1:11-20,26-38) y Rafael (Tb 12:6,15).
Los nombres de los otros cuatro Arcángeles (Uriel,Barachiel o Baraquiel, Jehudiel y Salatiel) no aparecen en la Biblia. Se encuentran en libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras, en la literatura rabínica y en algunas tradiciones cristianas como la Copta (Ortodoxa de Alejandría). La Iglesia reconoce solo los nombres que que se encuentran en la Sagrada Escritura. Los demás nombres pueden tenerse como referencia pero, no son doctrina de la Iglesia ya que provienen de libros que no son parte del canon de la Sagrada Escritura.
Debemos de tener cuidado con los nombres dados a los ángeles, algunos de los cuales son de origen ocultista o de la Nueva Era.

Uriel: “Llama de Dios” o “Luz de Dios”,

Barachiel o Baraquiel: “Bendición de Dios” o “Rayo de Dios”,

Jofiel: “Belleza de Dios”,

Zadaquiel: “Justicia Divina”,

Miguel: “¿Quién como Dios?”,

Gabriel: “Fuerza de Dios” o “Mensajero de Dios” y

Rafael: “Medicina de Dios” o “Dios sana”.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

LOS LENTES O GAFAS EN EL DIA DE TU BODA

Si usas lentes o gafas y te sientes rara sin ellas y no puedes o simplemente no quieres ponerte lentes de contacto, existen algunos trucos para que te queden perfectas el día de tu boda. Sólo es un accesorio más y como tal, hay que saberlo combinar y elegir el más adecuado para ti.
Hay muchas mujeres que llevan lentes todos los días y no quieren renunciar a ellas ni siquiera en su gran día porque se sienten más cómodas y guapas con ellas. Además, si todo el mundo está acostumbrado a verte con lentes, te verán rara si no las llevas.
Evitar que el maquillaje pierda fuerza, o que se reduzca la expresividad de los ojos en las fotos, son las dos principales razones que llevan la gran mayoría de novias con lentes a dejarlas en casa el día de la boda. El problema que se plantea, sin embargo, no siempre conlleva la misma solución: ¿cómo pasar un día sin gafas? ¿Merece la pena arriesgarse a perdernos un sólo detalle de nuestra boda?
Una de las medidas más recurrentes es el uso de lentes de contacto desechables: son la solución más rápida al dilema de las gafas, incluso aunque no las usemos en nuestra vida diaria. Por otro lado, si no estás acostumbrada a los lentes de contacto, no es buena idea que las pruebes en tu boda. En el caso de que quieras probarlas hazlo poco a poco y unos meses antes de la fecha señalada, para que puedas acostumbrarte bien al uso de ellos.
Sin embargo, no todas las mujeres optan por esta alternativa: de hecho, muchas aprovechan la coyuntura para plantearse la eliminación definitiva de las gafas, mediante intervenciones que solventen los posibles defectos de la visión.
Según explican explican los expertos, las intervenciones con láser tienen altísimos índices de efectividad -cercanos al cien por cien-, y corrigen defectos como la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía. Las intervenciones, además, son rápidas, por lo que no requieren hospitalización, y permiten a la novia recuperar su actividad al día siguiente, incluso si se trata de la frenética actividad pre-boda.
Para aquellas mujeres que no puedan deshacerse de las gafas, las consideren parte de su rostro, o, sencillamente, no quieran recurrir al uso de lentillas, existe una tercera opción, también muy coqueta: las gafas diseñadas exclusivamente para novia, con monturas al aire, en nácar de color blanco o incrustadas con pedrería.
Por eso, si tu decisión es ponerte las lentes en tu boda ten en cuenta algunos factores que puede que te ayuden. En “el día más importante de tu vida” todo tiene que estar cuidado al mínimo detalle y es lógico que te apetezca cambiar de gafas por darle un toque diferente a tu look diario. Como un complemento más que es, puedes comprarte unas que te vayan perfectas para ese día.
Deben de ir acorde a tu estilo: si eres una novia clásica elige unas gafas ligeras, elegantes y que pasen desapercibidas. Pero si eres una novia más atrevida puedes optar por unas gafas de pasta en algún color claro o incluso negro. La forma que tengan dependerá más de tu rostro y de lo que te siente mejor.
Fundamental, eso sí, convertirlas en un accesorio más, apostando por cristales antirreflectantes y diseñando un maquillaje a medida, que potencie la mirada para que el efecto no se diluya detrás de la lente.
Lo más importante para potenciar la mirada es con un iluminador, mucha máscara de pestañas y colores claros sobre todo. Además las sombras fumé darán profundidad a tu mirada y el lápiz de ojos marrón te ayudará a resaltar tus párpados, perfilando el contorno y difuminándolo con un pincel.
Si padeces miopía… aplica el perfilador en la parte exterior de tus ojos para conseguir agrandarlos y tener así una mirada más impactante.
Si eres hipermétrope… aplica el perfilador en la parte interna del ojo para conseguir el efecto contrario.
Es importante darle forma a las cejas con las pinzas y un pincel o peine para que queden limpias y despejadas.
Si llevas gafas debes saber en cuanto al resto de los complementos que mejor ponerlos en la parte inferior: es preferible un collar a unos pendientes que están a la misma altura que las gafas. Aunque también tiene que ser adecuado con el vestido y el tipo de escote que lleves.

martes, 24 de enero de 2012

CUATRO TRADICIONES

Una antigua tradición sugiere incluir en el ajuar de la novia, algo nuevo, algo viejo, algo azul y algo prestado, para atraer según esta costumbre, larga vida y felicidad al nuevo matrimonio.
Claro esta, que el cumplir con esta tradición no asegura ni determina la felicidad en la pareja. Sin embargo, el que se conserve esta costumbre hasta nuestros días, es un claro ejemplo de la sabiduría que encierran las tradiciones. Y bien es cierto que para iniciar la nueva vida en pareja los buenos presagios y los mejores deseos nunca están de más y son bien acogidos.

Algo Nuevo. Usar algo nuevo representa llevar consigo lo mejor de uno mismo, para aportarlo a la pareja. Simboliza el inicio a la nueva vida en pareja que se va a dar con el matrimonio.
El sentido práctico es que para una fiesta siempre usamos o vestimos algo nuevo.

Algo Viejo. Llevar algo viejo es una manera de mostrar sentido de continuidad en la vida. Aunque se inicia una nueva vida en pareja, y ahora se complementan uno al otro, cada uno conserva su identidad.
En un sentido práctico es usar o llevar algo usado con lo que se sienta a gusto o cómoda. Por ejemplo el calzado, un buen par de zapatos que se forren con la tela del vestido pero que te hagan sentir cómodos los pies.

Algo Azul. La usanza de llevar algo azul en el ajuar, tiene origen en el antiguo Israel, donde la novia lucía un aro de este color sobre la cabeza, representando la fidelidad. Por ello, lo azul representa la lealtad. Generalmente suele ser la liga con algún toque azul o celeste, aunque algún adorno en el vestido, es válido, al igual que en el ramo.

Algo Prestado. Llevar algo prestado tiene que ver con una antigua superstición según la cual la felicidad puede atraerse usando algun objeto o prenda perteneciente a un matrimonio o persona que lleve una vida feliz. Y va desde el lazo, o las arras de la mamá o la abuela, los aretes, gargantilla de alguna persona querida. En algunas familias el anillo de compromiso que ha pasado de generación en generación.
El sentido práctico, es que para ese día, para el inicio de su nueva vida en pareja, se cuente con el apoyo y cariño, la ayuda de las familias y los amigos.


¡Muchas Felicidades!